El Legado "Verde" de la Expo

Más de ocho millones de metros cuadrados. Ésta es la superficie de zona verde que tiene la capital aragonesa, que ha incrementado 2,5 veces en los últimos años sus parques, jardines y otras áreas. El Plan de acompañamiento de la Expo, la recuperación de las riberas y la incorporación del Parque del Agua, que es el que más usuarios tiene en estos momentos, han permitido alcanzar estas cifras y contribuir a que Zaragoza sea más saludable. De hecho, más del 90% de los zaragozanos vive a menos de 300 metros de una zona verde.

Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen que cada habitante debe tener nueve metros cuadrados de masa arbolada. Si se tienen en cuenta las zonas verdes de la periferia, y no sólo las ajardinadas del centro de la ciudad, Zaragoza está por encima de esos ratios. “Tenemos áreas amplias y no tan alejadas”, ha manifestado el consejero de Medio Ambiente, Jerónimo Blasco.

Lugares como el parque de Plaza, que tiene más de 40 hectáreas, se han ido integrando en una malla, a la que en menos de un mes se sumará también el tramo Norte del anillo verde, “que permitirá cerrar el círculo completo alrededor de la ciudad”. Así lo explica Blasco, que ha apuntado que “se incorporará el cauce del río Gállego, que era el más desconocido al unir el río con el Meandro de Ranillas y el Ebro”.

El edil también ha recordado que “el siguiente paso es el Huerva”, para lo que se elaboró un plan director que contempla hacer un corredor verde. Mientras, se están haciendo “inversiones potentes” en el Parque Grande José Antonio Labordeta y en los Pinares de Venecia, entre otros espacios.

También se han “puesto en valor” los tres cauces de los ríos de la ciudad, a los que se añade el Canal Imperial de Aragón. Todas estas actuaciones se completan con las que se están realizando en los parques. “Estamos incorporando nuevos usos y la gente ya no sólo va al parque para pasear, también para hacer deporte o para actividades de educación ambiental”, ha matizado Blasco.

El reto ahora está en mantener esas zonas verdes urbanas y revisarlas. Según el consejero, “no hace falta tener muchas más zonas verdes, pero hay que usarlas bien”. No obstante, se están impulsando proyectos como el de los huertos sociales que se irán extendiendo por el resto de la ciudad.