El museo del Pabellón Puente prevé ampliarse a La Almozara

Zaragoza 14 de Junio de 2018

El Pabellón Puente lleva diez meses en el horno y está a punto de salir, el próximo lunes, en su presentación en sociedad, para renacer el año próximo como el museo de la movilidad eléctrica, o sostenible en términos generales, que aglutine todas las marcas importantes del mercado de la automoción junto a las de tecnologías de la información y comunicación (TICs). Ellas compondrán, junto a Ibercaja y el Gobierno de Aragón, el proyecto Mobility City que quiere aterrizar en el recinto de la Expo. Una iniciativa millonaria, de la que quieren mantener en secreto la inversión necesaria, pero que en el futuro se plantea expandirse al barrio de La Almozara.

La entidad bancaria considera que en el futuro necesitará más espacio que el que le ofrece la obra de la iraquí Zaha Hadid y ya tiene en mente alcanzar otro de los edificios que se construyeron para la muestra internacional del 2008, el Digital Water Pavillion, o Pabellón del Agua Digital, el que fuera considerado primer edificio del proyecto de la Milla Digital, a escasos metros de la entrada al puente desde La Almozara.

Esta opción tiene dos hándicaps: uno, los años en desuso y el deterioro acumulado; y dos, que es propiedad del ayuntamiento, que la DGA ha dejado fuera de esta iniciativa público privada. Ayer, la única manera de saber lo que opinaba el Gobierno municipal era escuchar al alcalde Pedro Santisteve en los micrófonos de la Cadena Ser. Avisó al Gobierno de Aragón de que «no debería hacer la guerra por su cuenta» en materia de movilidad sostenible y recordó que este declinó acudir a la Mesa sobre Movilidad Eléctrica que organizó el consistorio. Y aprovechó para anunciar que su responsable de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, intentó la cesión del pabellón de España para un proyecto museístico.

DIEZ MESES DE TRABAJO // No obstante, para el Digital Water Pavillion, que lleva la firma de Carlo Ratti en su diseño, la del MIT (Massachusetts Institute of Technology) en su contenido y 1,4 millones de euros de factura, sería una nueva vida también.

Sin embargo para Ibercaja esta posibilidad, que quizá relance todos los proyectos pendientes de la Milla Digital de Zaragoza, se queda ahora en un segundo plano. También la posible extensión de su espacio expositivo y de usos interactivos en el propio recinto de lo que fue la Expo. Hay muchos metros cuadrados que ganar en la margen izquierda, pero depende de que esa Ciudad de la Movilidad que se pretende en Zaragoza gane habitantes dentro del Pabellón Puente.

El objetivo ahora es conseguir el impulso decidido que durante diez meses se ha estado fraguando con las empresas del sector del automóvil y de las TICs para conformar esa colaboración privada junto a una administración pública ahora decidida a meter dinero en su renacer en Ranillas. La DGA cofinanciará esta Mobility City que estará muy centrada, sobre todo, en la movilidad eléctrica y en la transformación del propio concepto del coche como elemento de movilidad en los hogares. Un debate que está muy presente en Europa y que quiere rentabilizar ese futuro museo del Pabellón Puente, llamado a mostrar al mundo todas las novedades tecnológicas que vayan surgiendo en el mercado.

En este sentido, una persona ha resultado fundamental en este engranaje que se rubricará el próximo lunes entre el presidente de Aragón, Javier Lambán, su homólogo en la Fundación Ibercaja, Amado Franco, y algunas de las firmas que ya han confirmado su presencia en este proyecto. Se trata del actual director de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo, una persona que de su anterior etapa en Ibercaja Leasing mantenía contactos con empresas del sector de la automoción.

Otra de las cuestiones clave de esta Ciudad de la Movilidad será saber cuánto está dispuesto a poner Lambán para ello. De momento, el Ejecutivo tiene claro que todas las obras pendientes en el Pabellón Puente (en la escollera, hacer ignífugos los tirantes metálicos, eliminar las pintadas…) quedarán aparcadas hasta que se definan las obras a realizar del nuevo museo de la movilidad sostenible. Estos trabajos, valorados por Expo Zaragoza Empresarial en unos 600.000 euros, no se licitarán.

Mientras, la DGA se muestra por primera vez en diez años dispuesta a apoyar económicamente el renacer de este icono, sin haber ingresado ni un euro del canon por la cesión y sin haber pagado nunca el IBI del emblemático edificio.