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Zaragoza, 14 de Septiembre de 2021

Dicen que Aragón para sus hijos, no es una madre…, sino una madrastra……. Y el tiempo y los ejemplos que seguimos viendo dan la razón a quien así piensa.

Han pasado ya 13 años del mayor evento que ha conocido Zaragoza y Aragón en los últimos 113 años.

Aquel esfuerzo titánico de muchos, ha quedado sumido en una niebla de olvido por parte de unos pocos malos gestores que después de apagadas las luces de la expo han empeñadop toda su incompetencia, desidia, vagueza y deshonor en anaodonar a su suerte a una parte vital del legado que quedó ( o debería haber quedado) para ser aprovechado por y para la ciudad y Aragon.

Unos pocos que no representan a la organización ni a la ciudad que levantó con sus manos la expo, han enterrado millones de euros en el basurero de la desidia, se han esforzado en detener el impulso de aquel evento y en dejar morir intervenciones artísticas, edificios y espacios públicos que pertenecen a la ciudad.

No sería justo hacer una análisis apocalíptico del conjunto del legado, ya que el conjunto del recinto expo (dinamiza) tiene una ocupación muy cercana al 90% de su espacio útil y la empiezan a escasear los metros cuadrados para vender o alquilar como oficinas o zona empresarial.

El análisis de estos años, es contradictoria y agridulce. Muchas cosas ya se han perdido irremediablemente y a otras les queda poco para que terminen de desaparecer. Ya no podemos sino esperar que un día, aparezca alguien detrás de una mesa al que verdaderamente le importe su ciudad y su comunidad, la defienda olvidando partidismos y tenga una visión global de ciudad para beneficio de los ciudadanos a los que representa.

Mientras tanto, poco o nada queda por hacer.