Lambán promete el plan de riberas de Zaragoza a todo el eje del Ebro

Zaragoza, 15 de Junio de 2018

 

Aragón quiere volver a soñar al calor de la Expo del 2008, de su décimo aniversario, con proyectos de envergadura, quizá realizables como la propia muestra. Y la primera pica la puso ayer el presidente de la comunidad, Javier Lambán, en el cierre de la gala organizada en el Palacio de Congresos antes más de mil invitados, con el anuncio de que piensa «exportar» el plan de riberas que se hizo para Zaragoza hace una década «al resto del tramo aragonés del Ebro» para convertir al río en el mayor corredor verde del país. Su apuesta es convertir al río «en el más importante de España actuando en pueblos y riberas».

Su idea es retomar una apuesta que transformó la capital aragonesa en el 2008 y hacerlo con aires renovados en los próximos doce años, en los que también prometió organizar una serie de eventos de carácter internacional relacionados con el agua. Para ello, apeló al sexto de los diecisiete objetivos que se han marcado las Naciones Unidas de cara al 2030, el mismo plazo que se pone para su proyecto en Aragón. En ella, se fija el agua y el desarrollo sostenible como reto y «a partir de este objetivo tiene sentido impulsar una agenda potente de citas internacionales relacionadas con el agua».

EL PABELLÓN PUENTE

 Para ello ha puesto a trabajar a «varios departamentos» en un proyecto que abarcaría tres legislaturas enteras nada menos, pero es una primera piedra para intentar lo que la Expo consiguió para Zaragoza, ser «la calle principal», para que en Aragón «pase a ser el corredor verde más importante de España». Se trata de «hacer del río un espacio de recreo, de asueto, un verdadero pulmón de la ciudad de Zaragoza, pero también para hacerlo seguro para los habitantes de la ribera y para garantizar las actividades productivas que se desarrollan a su lado», explicó el presidente Lambán.

No se olvidó de Zaragoza y, aunque sea solo en su ámbito de actuación que es el recinto Expo en Ranillas, recordó que tiene en mente «proyectos en espacios de la antigua Expo relacionados con la educación digital y con la adaptación a las nuevas economías», dijo. En ese sentido se enmarca el Mobility City –o Ciudad de la Movilidad–, que es el proyecto de Ibercaja para reabrir el pabellón puente en el que la DGA va a implicarse.

A él se refirió –en la gala, ya que a los medios les impidió hacer preguntas sobre el mismo– como un «proyecto fascinante» que permitirá usar el Pabellón Puente para que Zaragoza «se convierta en referencia en la movilidad y sostenibilidad del siglo XXI» y sea capaz de «disputarle a Madrid la legítima descentralización del liderazgo». Y es que la capital de España suele aglutinarlos.

Lambán irrumpió en la gala para que «el 2018 empiece a ser la década de Aragón» y, como en Zaragoza en el 2008, «pensar en grande» de nuevo y en que «nada se antepondrá entre los sueños y la realidad si somos capaces de ponernos de acuerdo entre los políticos y con la sociedad civil». «Sabemos que podemos hacerlo», remarcó para apelar a la reedición del consenso de la muestra internacional, para «emplazar a retomar el legado de la Expo que durante diez años se pospuso» por la crisis económica que estalló al día siguiente de cerrar las puertas al público. Y que con ese resurgir salga la ciudadanía «talentosa y creativa» para que «vuelva a aportar ideas». Y también «el resto de poderes públicos».

SINERGIAS POSPUESTAS

Su mensaje formaba parte de todas aquellas «sinergias positivas» que «unos dijeron que quedaron arruinadas ya y otros, los más optimistas, aparcadas», entre los que se incluye. Y hay que hacerlo ahora que «estamos saliendo del túnel», tras una década pasada «con penuria». «Estamos ya preparados para grandes desafíos y retos», añadió.

Este mismo mensaje es el que transmitió el senador Marcelino Iglesias, en el 2008 presidente de Aragón, que fue el único que hizo alusión directa al gran ausente en los discursos de ayer, el Ayuntamiento de Zaragoza. «La Expo fue un proyecto de todos y tiene que seguir siéndolo», apuntó, para remarcar que da por supuesto que «tendrá mucho interés en que esto funcione». «El tirón de la Expo no ha terminado, todavía se tiene que aprovechar la ciudad de cosas que están latentes aún», explicó.

El resto de protagonistas formaron parte de aquel desafío que supuso un antes y un después para la transformación de Zaragoza. El presidente de Expoagua, Roque Gistau, que recibió la sorpresa de su jefa de Contratación, Anabel Beltrán; la jefa del Voluntariado, Marta Colomer; el comisario de la Expo, Emilio Fernández-Castaño, y su número dos en la labor diplomática, Eduardo López Busquets; y el director adjunto de Contenidos, Francisco Pellicer dieron voz a los muchos recuerdos que amenizaron la velada.

 

Fuente: El Periodico