El canal de aguas bravas languidece en la Expo y se resigna a otro verano en seco

Zaragoza 09 de Enero de 2022

La idea de crear una bajada para piraguas propia de los ríos del Pirineo pero en plena ribera del Ebro tendrá, un año más, la constatación de su fracaso. El canal de aguas bravas de la Expo, en el que se invirtieron 5,9 millones de euros de dinero público, se prepara para otro verano en seco, ya que la empresa que gestiona esta instalación municipal, el Grupo Parque de Atracciones, asume que es “absolutamente inviable” ponerla en marcha por los altos costes que tiene y los escasos ingresos que genera. A no ser que haya algún interesado –en los últimos meses ha habido algún tímido contacto–, la bajada para piragüistas volverá a estar cerrada durante la próxima temporada.

Tras varios intentos de otras empresas, todos ellos acabados en fracaso, el Grupo Parque de Atracciones se hizo cargo de la concesión hace tres años, para completar la oferta que tiene en Ranillas, como el acuario, las playas, el embarcadero y el parque multiaventura. Sin embargo, sus intentos por poner en marcha el canal de aguas bravas han sido ruinosos. “Desde el punto de vista económico no se puede explotar. El equilibrio no existe por ninguna parte porque ponerlo en marcha es muy caro y no hay demanda suficiente que sostenga eso”, señala Jesús Morte, vicepresidente del grupo empresarial zaragozano de ocio.

Según apunta, cada día de actividad suponía unos costes de unos 1.000 euros para ellos, que con el actual precio de la luz se dispararían aún más, ya que uno de los gastos más cuantiosos es el de la electricidad que gastan las enormes bombas que llevan agua desde las balsas de la instalación hasta la parte alta.

Por eso, la instalación apenas ha abierto, y así seguirá durante los próximos meses a no ser que encuentre algún interesado en abrirla. Según explica, una multinacional francesa quiere visitar las instalaciones, aunque las negociaciones ni siquiera han empezado.

Desde el Ayuntamiento, por su parte, asumen que se trata de un proyecto que “requiere de unos altísimos costes de explotación”, según apunta la concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca. “El canal de aguas bravas es uno de tantos proyectos heredados de gobiernos anteriores en los que se dilapidó dinero público y para los que no había ni objetivos ni planes de futuro bien definidos. Va a ser complejo encontrar una salida adecuada, aunque seguiremos trabajando”, señala la edil popular.

Además de los problemas de explotación, sigue sin resolverse otro de los males endémicos de esta instalación: el de las fugas que sufre su balsa inferior. Un defecto constructivo enfrenta al Ayuntamiento y a Tragsa y Euroestudios, encargadas del proyecto y ejecución de la obra. En su día, los cálculos hablaban de que el estanque perdía 3,5 litros de agua al segundo, unos 300.000 al día. Se han hecho varias reparaciones durante estos últimos años para tratar de frenar las fugas, pero no se ha podido impermeabilizar la balsa por completo. Las estimaciones sobre el coste total de la reparación han oscilado entre los 2,5 millones y los 624.000 euros, que es el último calculo realizado.

El canal de aguas bravas de la Expo fue una de las principales apuestas del parque del Agua, levantado al calor de la muestra internacional. Sin embargo, se ha quedado como un absoluto fracaso. Teóricamente iba a ser una referencia mundial para el piragüismo, que atraería a hasta 100.000 usuarios al año. La realidad fue que verano tras verano apenas se superaban unos pocos cientos.

Esta infraestructura ha dejado tras de sí varias empresas quebradas (entre ellas la primera que tomó las riendas, Murillo Rafting). Igualmente lo intentó Loteta Sports, también especializada en deportes acuáticos, pero no hubo manera. Abandonó el proyecto por motivos económicos, ya que según su propietario debía invertir unos 52.000 euros solo para hacer funcionar el canal, con el alto coste que tiene el bombeo de agua de la parte inferior a la superior de esta infraestructura.

Fuente: Heraldo