La CAI negocia la rescisión del contrato de la Torre del Agua con la Expo

Zaragoza, 06 de Mayo de 2013

Casi cuatro años después de haber firmado el contrato de cesión de la Torre del Agua, la CAI negocia ahora su
rescisión con Expo Zaragoza Empresarial.

La entidad financiera no ha llegado siquiera a tomar posesión del edificio, que se queda sin proyecto y obligará a la sociedad pública a buscarle una salida en uno de los peores momentos del mercado inmobiliario y con la dificultad añadida de sus limitaciones de uso por sus especiales características.

La explicación oficial de laCAI para rescindir el contrato es muy clara, priorizar otras necesidades en estos momentos de crisis: «Queremos centrarnos en otras demandas sociales más prioritarias para la Caja».

Fuentes oficiales de la entidad aseguraron que han encontrado una predisposición «muy buena» para deshacer el acuerdo, aunque aún debe pactar con la sociedad pública en el importe de la compensación que tendrá que abonarle. Los técnicos están valorando la cifra, pero el socio minoritario de Expo Empresarial, el Ayuntamiento, con el 2,21% de las acciones, tiene muy claro que se le debería exigir «toda la deuda» que ha generado.

Desde la CAI incidieron en que nunca llegaron a tomar posesión del edificio, por lo que no se generaron obligaciones.
El edil de Cultura, Jerónimo Blasco, ha cuestionado públicamente que la entidad financiera se desentienda de la gestión y el pago de impuestos de la Torre del Agua. El acuerdo entre la CAI y la entonces sociedad estatal Expoagua se firmó en marzo de 2009 y estipulaba la cesión por 20 años, aunque incluía una cláusula que per-mitía prorrogarlo por otros diez.

El contrato fijó un precio simbólico de un euro y comprometía a a la Caja a hacerse cargo de su mantenimiento, valorado inicialmente en 1,5 millones de euros anuales.

Inicialmente se iba a dedicar a albergar un centro museístico de arte contemporáneo, aunque en 2010 se cambió de idea y se hablaba de centrar su oferta en la divulgación científica, para lo que se contaba con el asesoramiento de miembros de la Universidad de Zaragoza y de otras instituciones.

El proyecto original era ambicioso, ya que se iban a levantar hasta tres pisos, dedicados a mirador panorámico de la ciudad, zona VIP para uso de la entidad y un restaurante de lujo. Esta obra requería de una inyección de cinco millones, pero la Expo descartó cofinanciarla en 2010.