La temeraria nueva moda de ‘trepar’ por la fachada de la Torre del Agua de Zaragoza

19 de Abril de 2022

La Policía Nacional y la propia seguridad privada del recinto de la Expo se han visto obligadas a incrementar la vigilancia en el entorno de la Torre del Agua después de que este pasado fin de semana se detectara la presencia de varios menores ‘trepando’ por la fachada del emblemático edificio, cerrado al público desde la muestra internacional de 2008. El inmueble está vallado, pero ello no impidió a los jóvenes y temerarios intrusos encaramarse a las viseras metálicas que lo envuelven para ascender después por ellas hasta al menos la séptima planta. Por supuesto, obviando todas las prohibiciones y poniendo en evidente peligro sus vidas.

Como explicaban ayer fuentes de Expo Zaragoza Empresarial, el ente público que gestiona los usos del recinto de Ranillas, «nunca» hasta ahora se había alertado de una incursión similar. Y como hay cámaras de seguridad tanto en el interior del edificio como en las zonas adyacentes, se van a revisar las grabaciones para tratar de aclarar lo sucedido. Sobre todo, para intentar averiguar cómo lograron estos chavales acceder a la estructura que rodea la fachada acristalada.

La Torre del Agua, de 76 metros de altura y obra del arquitecto Enrique de Teresa, se ha convertido en uno los edificios más destacados del ‘skyline’ de la capital del Ebro. La viseras metálicas que abrazan el inmueble fueron concebidas con una evidente función estética, aunque también permiten acometer ciertas labores de mantenimiento. «Pero estamos hablando de trabajos ejecutados por profesionales especializados y bajo unas medidas de seguridad muy exhaustivas», explicaban desde Expo Zaragoza Empresarial. De hecho, la zona habilitada para ejecutar estas labores apenas tiene un metro de ancho y existe una línea de vida a modo de barandilla para poder enganchar los arneses de protección.

Este icono arquitectónico de la Expo 2008 fue concebido como un gran mirador, en el que una rampa continua asciende por la parte interior de la gran fachada acristalada hasta la planta 23, donde se encontraba la cafetería que coronaba el edificio. Los jóvenes que ahora han sido vistos ‘trepando’ por el exterior eran solo unos niños hace 14 años y no pudieron disfrutar de aquella experiencia. Pero intentar contemplar ahora las fantásticas vistas desde el exterior entraña un peligro mayúsculo.

La Policía y los responsables del recinto confían en que hayan sido incursiones puntuales. En cualquier caso, parecen dispuestas a adoptar las medidas necesarias para evitar un accidente de consecuencias fatales.

Fuente: Heraldo