Zaragoza con futuro y sin complejos

Zaragoza 11 de marzo de 2020

(Por Francisco Pellicer Corellano)

Hace siete años, tal día como hoy, tuve la oportunidad de visitar la Torre del Agua y presenciar el espectáculo que Volkswagen había montado en el interior de la misma con motivo de la presentación de uno de sus modelos de coche.

Los organizadores del evento me hablaron con satisfacción de las numerosas ventajas que ofrecía Zaragoza para procurar encuentros culturales, empresariales o festivos que tan abundantes recursos económicos aportan a las ciudades organizadoras.

Encontraron una ciudad de tamaño medio acogedora, dotada de excelentes infraestructuras, una ciudad sin atascos de tráfico, un aeropuerto muy confortable, unos equipamientos hoteleros envidiables (Hiberus, Reina Petronila, Palafox, Alfonso I), una feria importante, un magnífico Palacio de Congresos y un conjunto arquitectónico de primer nivel en el recinto de la pasada Expo 2008. El mejor edificio construido de la prestigiosa arquitecta Zaha Hadid está en Zaragoza.


El evento Volkswagen sirvió, entre otras cosas, para restaurar y dejar en uso el Pabellón Puente y la Torre del Agua e inyectar unos cuantos millones en la economía local. También mostró las extraordinarias capacidades de tan singulares edificios que algunos amargados, proyectando su propia incompetencia y falta de imaginación, califican de inservibles.

Uno de los técnicos me hablaba apasionadamente del espectáculo que estábamos viendo: “El edificio deja hacer lo que quieras, tiene infinitos recursos y posibilidades. Nuestro espectáculo es solo luz y música. Este lugar tiene magia. Hemos utilizado las rampas ascendentes para instalar los equipos de proyección. Por la otra rampa la gente desciende naturalmente sin necesidad de sortear cables o focos”. Mientras, el lienzo de hormigón que soporta los ascensores se convierte en una calzada por la que se desplaza un coche acompañado de unas acróbatas que danzan entre imágenes vertiginosas y un disc jockey desciende en una cápsula que sortea los haces de rayos láser y, de repente, nos encontramos en un lugar único… EN ZARAGOZA!!!


Zaragoza debe dejar de ser una ciudad de paso y convirse en una ciudad que sirve de lugar de encuentro. Esta importante función urbana procura abundante empleo en diversos sectores de la producción, especialmente en los servicios.


Entiendo que éste es un reto importante para las administraciones que nos gobiernan. Aquí se podrían lograr acuerdos concretos, operativos y necesarios al margen de las marcas y colores políticos. Ninguna de las manifiestas potencialidades de Zaragoza alcanzará la madurez y plenitud si no se hace un esfuerzo de coordinación institucional –como se hizo en la Expo 2008-.

Nuestra ciudad no brillará si no somos capaces de promocionarla con la convicción de sus indudables valores y capacidades. No sirve refugiarse en la crisis para esconder la inoperancia y el conservadurismo manifiesto en la terrible frase: “Virgencica, virgencica que nos quedemos como estamos”.

Es hora de creernos y proclamar a los cuatro vientos que tenemos una ciudad preciosa, capaz de asumir retos innovadores, con talento y juventud bien preparada… sin complejos, con un hermoso futuro.